Reflexiones personales de una agente de bienes raíces que vive y trabaja en Nueva York.

El otro día, saliendo del gym sin planearlo, terminé en una de las esquinas más emblemáticas de Nueva York: justo afuera de Wall Street, donde está la famosa estatua de la niña que desafía al toro. Ahí me encontré con un señor mayor, con una cámara grande, de esas antiguas que ya casi no se ven.

Me llamó la atención. Estaba tomando fotos a los turistas y entregándolas impresas en un papel que parecía periódico. Me acerqué con curiosidad y le pregunté cuánto costaba. Su respuesta: “lo que tú quieras dar, es solo por propina”. Le sonreí, y sin pensarlo mucho, me dejé tomar dos fotos.

Lo más lindo no fue solo la imagen, sino cómo la imprimió: junto a mi foto, venía un pequeño texto con datos sobre la historia de Nueva York. Uno me tocó especialmente: más de 800 idiomas se hablan en esta ciudad. ¡800! Es un recordatorio perfecto de que esta ciudad pertenece a todos. De que todos venimos de algún lugar, y sin importar si estás de paso o llevas años aquí, Nueva York siempre te recibe con algo nuevo.

Hoy tengo esa foto a un lado de mi escritorio. No estaba vestida para la ocasión, pero me hizo sentir parte de algo más grande. En esta ciudad todos somos turistas, y eso no es algo que debamos esconder… al contrario, es parte de la magia de vivir aquí: siempre hay algo nuevo por descubrir.

Porque Nueva York no es solo un lugar donde se vive, es una ciudad que se siente, se recorre, se sueña y se transforma con cada paso.

Y si tú también sueñas con empezar tu historia aquí —como visitante, como nuevo residente o como inversionista—, estaré encantada de ayudarte a encontrar el lugar perfecto para que este sueño comience.

🌆✨ En Nueva York, todos tenemos una historia. ¿Listo para escribir la tuya?